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Los congresistas defienden su bono de más de 2 mil 500 soles por concepto de apoyo logístico, el presidente del Legislativo hace declaraciones subidas de tono contra la prensa, Kenki Fujimori queda a un paso del desafuero y algunos parlamentarios invaden con pancartas el Hemiciclo, pidiendo que la Superintendencia de Banca y Seguros del Perú (SBS) supervise las cooperativas. Mientras tanto, la mayoría del país está en otra. Muestra su disconformidad ante el incremento de combustibles y alimentos en los últimos días. Incluso, en algunas regiones hay movilizaciones y protestas.

Definitivamente, en estos tiempos no hay espacio para que se calmen las circunstancias. La carga de agresividad en el Congreso sigue siendo muy fuerte y esto ha generado que aparezcan problemas adicionales a los que ya se tenían. El asunto es que estos enfrentamientos internos y desatinos recurrentes hacen que las grandes demandas de la gente queden relegadas. Y como se sabe, si se olvidan de la gente, todos perdemos.

Si las cosas siguen como van y se prolonga la inacción del Congreso, no se encontrarán las soluciones que pide la mayoría para vivir mejor. No solo hay que advertir los problemas que suceden en nuestra economía, sino tener la capacidad para anteponer las diferencias y ponerse de acuerdo para crear leyes, y así defender los intereses de la gente.

Hay que estar junto a la gente y sus reclamos. Hay que estar comprometidos y adaptarse a lo que vive en estos momentos el peruano común.