La ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Gloria Montenegro, hizo gala de la indignación que provocan tantos feminicidios, ataques y acosos a las mujeres para decir que el Perú es un “país de violadores”. Su urgida y genérica respuesta ante este problema tan acuciante ha generado muchas críticas y hasta le han pedido que se disculpe. En lugar de discutir sustantivamente sobre el asunto eligió lo más fácil: responsabilizar al resto.

Si no hay más argumentos que culpar a todo un país por esta grave realidad solo se demuestra que hay una debilidad intrínseca en el Gobierno para resolver situaciones tan críticas como los sucesos de violencia contra las mujeres. En lugar de plantear una posición consistente y contundente para cambiar esta triste realidad ha preferido declaraciones altisonantes que evidencian que tiene flancos poco desarrollados de este tema.

En tanto, el presidente Martín Vizcarra dijo que tiene mucha tristeza y cólera por los feminicidios y manifestó que su Gobierno “debe tener mano fuerte para castigar a esas personas que llegan al extremo de asesinar a las mujeres”. Esperemos que esta indignación del Jefe de Estado sea un insumo para tomar decisiones efectivas para terminar con este mal que está degradando a nuestra sociedad.