On Hold
On Hold

Parece que todo en el país estuviera detenido. El Congreso en receso, los partidos políticos y sus líderes sin dar declaraciones o hacer acciones relevantes, el Presidente con escasas apariciones y comentarios más folclóricos que inspiradores. Esto ya va causando incertidumbre, que se demuestra cuando las personas dejan de consumir y los empresarios de invertir. Todo poco a poco se va paralizando, lo que inevitablemente se traducirá en una baja del crecimiento económico.

Es probable que las declaraciones de Barata sean un punto de quiebre por las consecuencias que podrían tener para políticos y empresarios. Esto haría que la situación política actual se deteriore aún más, con consecuencias difíciles de predecir sin conocer el contenido de las declaraciones. Sin embargo, es posible que las declaraciones no sean tan contundentes y que este débil equilibrio político y la desconfianza presidencial se mantengan. Quizá las atomizadas fuerzas del Congreso no sean capaces de articular leyes ni investigaciones relevantes. Ni el mismo fujimorismo sería capaz de hacerlo, pues los ataques al Gobierno, que se sentirían como agresivos, le podrían costar más pérdidas de congresistas, lo que no solo lo debilitaría dentro del Congreso, sino también frente a las elecciones regionales y municipales, que están prontas en la agenda.

Lamentablemente, este precario equilibrio no significa estabilidad, ni mucho menos gobernabilidad. Por el contrario, nos asegura un gobierno mediocre, incapaz de enfrentar reformas importantes o acciones que puedan ayudar al crecimiento en el corto o mediano plazo. Basado en esto, podríamos esperar que los próximos años sean años perdidos.

La situación aconseja cautela, tanto para los empresarios como para los ciudadanos. Sin embargo, es importante que esta situación no nos paralice y que aprendamos a vivir en este nuevo entorno. Las empresas y personas que apostaron por el país en épocas bastante más complicadas son las que mejor crecieron en las épocas de bonanza. Es fundamental identificar y apresurar aquellas acciones (personales o empresariales) que nos permitan enfrentar los tiempos que se avecinan de la mejor manera posible. No basemos nuestras decisiones en esperar sensatez de las personas y partidos que hoy nos gobiernan. No parece una buena estrategia continuar on hold. 

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