Sin duda el recientemente detenido Geiner Alvarado tiene mucho que explicarle a fiscales y jueces, pues desde el inicio del gobierno de Pedro Castillo estuvo a cargo del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVC), y más tarde también –no lo olvidemos– del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), ambos focos de la corrupción de una administración de por sí putrefacta, además de inepta.

Alvarado fue en el MVC, lo que el prófugo Juan Silva fue en el MTC. Estos dos personajes fueron, según el Ministerio Público, los capataces y operadores de ese gran patrón de la corrupción llamado Pedro Castillo, el hombre que según declaración pública de Salatiel Marrufo, el jefe del gabinete de asesores del recientemente detenido exministro, recibía dinero en efectivo de coimas pagadas por el direccionamiento de obras.

El exministro Alvarado se salvó en la primera instancia de irse preso de manera preventiva, pero el viernes por la tarde le vino la noche y a las pocas horas fue detenido. No podía seguir pasando piola como lo hizo en los primeros meses de su gestión de perfil bajo y silenciosa en el MVC, lo que permitió que todas las miradas estén puestas en Silva y no en él. Hoy, desde el encierro, tiene una gran oportunidad para contar todo lo que sabe de la “Chota nostra”.

Poco a poco va quedando claro que en el gobierno de Castillo, sectores vitales para hacer obras públicas como programas de vivienda, puentes, carreteras, caminos y demás, todo en beneficio de los peruanos más pobres como los que hoy sufren los estragos del clima adverso, fueron tomados como un jugoso botín por una banda de delincuentes y sinvergüenzas que decían que venían “del pueblo” o “de la chacra”, a trabajar “por el pueblo”.

Y mientras Alvarado afrontará la investigación en su contra desde un penal, sería bueno que alguien nos diga qué es de la vida de su homólogo del MTC, Juan Silva, el hombre que acabó de ministro de Transportes por el hecho de tener licencia para conducir y una combi pirata. Es evidente que no llegó para trabajar. Eso ya no se lo creen ni los escuderos castillistas de la izquierda. Su función fue la de tomar el sector y exprimirlo. Esta gente es la que nos regaló Castillo.

No podía seguir pasando piola como lo hizo en los primeros meses de su gestión de perfil bajo


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