Si la presidenta Dina Boluarte trata de revertir su escasa aceptación popular, mal hace con buscar el bloqueo de las investigaciones que le ha abierto el Ministerio Público por diversos presuntos delitos, y con mandar a sus ministros a repetir que “estamos trabajando” en lugar de responder frontalmente las preguntas sobre las situaciones oscuras que son descubiertas cada días respecto al gobierno de la señora.
Si no hay nada que ocultar ni temer, tal como repiten los voceros oficiales, entonces por qué esa búsqueda desesperada de evadir las pesquisas, de irse corriendo cuando es el momento de dar la cara ante las autoridades y el Ministerio Público. ¿O es que temer que vayan saliendo más cosas de las que se sepan hasta el momento? La falta de transparencia siempre es una mala consejera.
De otro lado, qué sentido tiene mandar a ministros a decir a cada momento “estamos trabajando”, cuando la percepción de la ciudadanía dice todo lo contrario. Más bien muestren resultados de su trabajo, muestren eficiencia, gestión con honestidad, preocupación y empatía con los más necesitados que ven que tienen una mandataria más preocupada por las joyas y los relojes de lujo.
Si siguen como están, el suelo será el límite de la aprobación presidencial, lo que hará que en el Congreso vean que no es “rentable” políticamente sostener a una mandataria que genera tanto rechazo en la ciuddanía. Entre eso y la vacancia, no habrá mucha distancia.