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Todos los peruanos que están a favor de la legalidad, la institucionalidad y el respeto a la autoridad, y en contra del racismo y la discriminación, deberían exigir la máxima sanción legal para quienes el último sábado agredieron físicamente y ofendieron a un grupo de policías en el distrito de La Punta, en el Callao.

Los agresores, que apelaron al infame “no sabes quién soy yo” y también a insultos racistas, merecen ser castigados. Con gente de esta calaña no vamos a ninguna parte como país. Si tenemos leyes contra estas actitudes, los investigados Giordana Lostaunau Tragodara, Valeria Alcalá Bozzeta, Diego Alcalá Bozzeta y Renato Arangoitia Zagazeta deben ser sancionados con todo el rigor posible.

Ese mismo día también hemos sido testigos, a través de las redes sociales, de la actitud de un sujeto de más de 50 años que dice ser “hijo de un general”, por lo cual se cree intocable, y que falta el respeto con insultos a otro joven policía que le solicitó su identificación. Situaciones como estas no se pueden tolerar en un país que se dice civilizado. Habría que ver si en otros países se permiten este tipo de agresiones a la autoridad.

Los policías no pueden sentir que están atados de manos para actuar de acuerdo a ley ante este tipo de energúmenos, hombres o mujeres. Lamentablemente, muchas veces el Poder Judicial y la Fiscalía no ayudan. Hace poco metieron preso a un agente por matar a un hampón. La Policía debe contar con todas las garantías para hacerse respetar y evitar la proliferación de personajes como los que se han ganado una triste fama a través de las redes sociales.