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Las autoridades del Minedu aducen que el nuevo currículo escolar trae, entre otros beneficios, que los niños y adolescentes tendrán: psicomotricidad en inicial, así como inglés (2 y 3 horas), arte y educación física (3 horas) en primaria con profesores especializados. En secundaria, aumentan de 2 a 3 horas la enseñanza de estas áreas. Esto está bien, porque dichos aprendizajes son fundamentes por su carácter instrumental y formativo.

Lo preocupante es que a pocos meses de entrar en vigencia, la parte del currículo que está aprobada presenta serios cuestionamientos; y aún no están oficializados los contenidos de aprendizaje para inicial, primaria y secundaria. Y, lo más grave, no está en marcha un programa de implementación que incluya la capacitación magisterial, la elaboración de textos escolares y, sobre todo, la creación de plazas docentes necesarias para asegurar su ejecución efectiva a partir de marzo del próximo año escolar en las instituciones y programas educativos públicos.

El Minedu viene sosteniendo que su aplicación debe ser progresiva para garantizar una gestión curricular eficaz. Pero parece que dicha gradualidad es una declaración, pues a como dé lugar se generalizaría el próximo año escolar en todo el país el nuevo currículo. Lo que implica que, entre otras cosas, la enseñanza de inglés, arte, educación física (primaria) y psicomotricidad (inicial) con profesionales específicos sería letra muerta.

Insisto: ¿por qué no se desarrolla un plan piloto para validar el currículo el 2017, mejorar sus debilidades y llevar adelante un plan de implementación integral -financiado paulatinamente- que lo haga realmente viable con las condiciones básicas de calidad el 2018? Espero que primen la reflexión, la sensatez y la responsabilidad.

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