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En un entorno industrial cada vez más competitivo, la innovación y la creatividad para la mejora continua de procesos y productos son un factor crucial para mantenerse vigente. El sector pesquero no es la excepción a esta tendencia y, por ello, la inversión de más de $500 millones realizada en innovación le ha permitido alcanzar eficiencias importantes y situarlo como un actor líder en este campo.

Un ejemplo es la eficiencia alcanzada en la producción de harina de pescado. Así, mientras que en los años 80 se requería de 6 toneladas (TM) de anchoveta para producir 1 TM de harina, hoy se requiere solo 4.1 TM de anchoveta. Ello se ha logrado gracias a la innovación, la cual ha permitido recuperar el 100% de la sanguaza, agua de cola, así como aceites y grasas. Estos productos que antes se desechaban, hoy se reutilizan por completo.

Por otro lado, el sistema de secado a vapor, en lugar del secado a fuego directo, permite que los gases calientes que se producen en dicho proceso se utilicen como energía, con lo que se reduce en 25% su consumo.

Pero la innovación no se reduce a temas técnicos. La innovación social en el sector pesquero también está presente con el Aprocompost y Challwa, iniciativas recientemente reconocidas como finalistas en Creatividad Empresarial. En el primer caso, se reutilizan los residuos de la pesca industrial, a través de la primera planta de compostaje de este sector en Latinoamérica, mientras que en la segunda se lleva anchoveta a la sierra, a través de un proceso innovador de salado y empacado al vacío, impulsado por la empresa Tasa.

Somos una industria moderna que crea, innova y ojalá inspire a otras a seguir en este camino.