En medio de todas las tropelías que comete el Congreso de la República, el jueves asistimos a un hecho de relevancia pues con 113 votos a favor, cero en contra y las abstenciones de Gladys Echaíz (Renovación Popular), Victor Cutipa (No Agrupado) y el inefable José Balcazar (Perú Bicentenario) se aprobó la ley que prohíbe el matrimonio de menores de edad en el Perú.
Y si bien esta norma alcanza a todas y todos los menores de edad, las principales beneficiarias de esta norma son los las niñas y adolescentes del país que diariamente son víctimas de agresiones sexuales y, en muchas ocasiones, son obligadas a casarse con el agresor a fin de evitar que este vaya a la cárcel.
Este es un gran avance para el país, pero es necesario que sea reforzado con una norma que haga más factible el caso de aborto en casos de violación. Actualmente, la norma que regula este procedimiento establece que si la menor agraviada que resulta embarazada, debe pasar por una junta médica para que esta decida la pertinencia de que pase por un aborto. Niñas sí, madres y esposas obligadas no, ese debe ser el siguiente paso, pero antes se debe retirar a José Balcazar de la presidencia de la Comisión de Educación del Legislativo y, de ser posible, desaforarlo. Una persona que hace apología a la pedofilia no puede seguir siendo autoridad.