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El sonado caso de un suboficial de la Policía Nacional del Perú (PNP), que luego de abatir a un delincuente en Piura fue encarcelado preventivamente, porque al juez de la causa se le ocurrió considerar la presunción de culpabilidad -desdeñando la presunción de inocencia que es una regla-, confirma la pobrísima formación jurídica de la mayoría de nuestros jueces y fiscales y, en general, de los abogados del Perú. Lo voy a explicar. Muchos de los hombres del derecho -en este caso los jueces que son los que administran justicia- no leen las fuentes del derecho, no leen doctrina, no leen nada. La consecuencia de esta patética realidad es que NUNCA podrán desarrollar el CRITERIO JURÍDICO, que no es cualquier criterio sino el del actor pensante del derecho que debe valorar las conductas jurídicas de las personas, y determinar por ellas los niveles de responsabilidad y hacer garantista al derecho.

Por ejemplo, si el juez que ha reducido entre rejas al policía Elvis Miranda conociera y dominara la naturaleza de la violencia legítima, que corresponde exclusivamente al Estado y que se realiza a través de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, en el objetivo de hacer prevalecer el orden social evitando la barbarie o sociedad anarquizada, JAMÁS hubiera decidido tremenda aberración jurídica de imponerle 7 meses de prisión preventiva a quien ejerce, en nombre del Estado, el monopolio de dicha violencia. Si, además, el juez conociera y dominara que los militares y los policías a priori ejercen la coacción (fuerza) y la coerción (advertencia o amenaza legitimada), que son propios del poder estatal o ius imperium, JAMÁS hubiera decidido la ignominia que todos los peruanos rechazamos. El juez en su vida tampoco ha estudiado el significado de las guerras justas aprendidas de San Agustín de Hipona (354 a 430 d.C.), que es básico para desarrollar en el derecho penal la justificación del uso de la fuerza y de asumirla como regla desde la buena fe. Un juez sin formación no tiene capacidad ni recursos para realizar ni siquiera un elemental ejercicio hermenéutico ni para comprender el espíritu de la ley, constituyéndose en un serio peligro para la justicia.