El anuncio de la próxima telenovela de Del Barrio Producciones, emitido dentro del corte publicitario del reciente partido de fútbol entre las selecciones de Perú y Paraguay, causó tanta o más impacto que el encuentro por las clasificatorias para el próximo mundial. La presentación del avance de “Perdóname”, teleserie protagonizada por Érika Villalobos y Aldo Miyashiro, inmediatamente se convirtió en tendencia compitiendo con los comentarios deportivos de los opinólogos de ocasión que inundan las redes. Desde la sorpresa por el reencuentro de la pareja tras un año de separación, hasta el estupor por “semejante atrevimiento”, se podían leer en los comentarios que aún siguen ante cada publicación de la noticia. Y lo peor fue escuchar luego, a quienes están dentro del negocio de la televisión, cuestionando la decisión de los exesposos de haber aceptado roles protagónicos tras un sonado conflicto familiar. Que el público tenga opiniones diversas sobre el hecho de ver a un actor y una actriz, antes pareja, encarnando personajes en una historia de ficción, es comprensible, pero quienes forman parte del industria del entretenimiento hace tiempo que deberían tener en claro que la televisión es entretenimiento, ellos lo hacen todos los días. El apostar por protagonistas que van a generar expectativa, audiencia y que conciten el interés del público, es lo que ha sucedido ahora, tan simple como eso y que no necesitaría de mayor análisis. Pero, todo se desdibuja cuando entran elementos en los que se cuestionan la moral y las buenas costumbres, en una decisión que no es más una jugada maestra de profesionales que saben del negocio televisivo. Quienes están criticando la próxima aparición de Villalobos y Miyashiro, por “aprovechar la coyuntura”, son los mismos que celebran y bailan al ritmo de la cancion de Shakira en la que le da duro a su ex Gerard Piqué, y allí no entra la ficcion, es revancha pura y dura que le genera millones a la colombiana. Algunos parecen no recordar que Érika Villalobos ha tenido roles protagónicos en telenovelas, y su participación en obras de teatro y musicales la mantienen vigente. Igual sucede con Aldo Miyashiro, actor de formación, guionista y dramaturgo, dos profesionales a los que se debería juzgar por lo que hacen en la pantalla . Finalmente, esperemos a que se estrene “Perdóname”, para ver si lo están haciendo bien o mal, no hay que jalarse los cabellos antes de tiempo.
Jugada maestra por Johnny Padilla (OPINIÓN)
Columna de opinión.