Los fondos de pensiones de los ámbitos públicos y privados parecen haberse convertido en un jugoso botín para la vocación populista e irresponsable de un gran sector del Congreso, que parece empeñado en hacer lo que sea para ganarse el aplauso fácil del ciudadano en momentos de crisis. Sin embargo, nuestros legisladores parecen no prever las consecuencias que en el mediano y largo plazo podría tener el perforar el sistema que, de todas maneras, tiene que ser mejorado.

Si ya era peligroso que el Congreso haya dado luz verde al sucesivo retiro del dinero (lo último fue el 25% con un tope de 12 mil 900 soles) de las cuentas personales de los aportantes a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), ahora se suma la iniciativa de la Comisión de Defensa del Consumidor que preside José Luna Morales (Podemos), que autorizaría a quienes dejaron de trabajar formalmente en los últimos 12 meses, a sacar toda su plata.

Pero la cosa no queda en ese punto. En los próximos días podría producirse una aberración en el sistema pensionario, si es que el Congreso obliga a la Oficina de Normalización Previsional (ONP) a “devolver” a sus aportantes el dinero descontado de sus haberes, como si este estuviera guardado en un fondo privado y no se usara todos los meses para pagar a los pensionistas. ¿Tan difícil es para los legisladores entender esto?

Lo que están haciendo algunos miembros del Congreso tanto con el sistema privado como con el público es una inmensa irresponsabilidad. Por ganar aplausos hoy y quizá algunos votos en abril próximo, están poniendo en serio peligro las pensiones a ser cobradas en el futuro, cuando Luna Morales y compañía ya estén en el olvido, y no sean ellos quienes paguen los platos rotos por acciones adoptadas sin el menor respaldo técnico.

No cabe la menor duda de que el sistema de pensiones tiene que ser mejorado, y para eso ya existe una comisión en el Congreso. Hay muchas cosas que deben ser corregidas. No todo es color de rosas. Pero la solución no pasa por el populismo y la irresponsabilidad de parte de políticos interesados solo en el corto plazo. Hace falta reflexión y entender aspectos muy elementales que pueden tener una nefasta repercusión en el bolsillo de la gente en los años venideros.