¿Qué significa que el máximo líder norcoreano esté enfermo?

Algunos dicen por la gota, otros que acusaría ser diabético y hasta de niveles de presión altos por la obesidad que podría estar soportando. No se le ha visto en público desde hace un mes y su ausencia ha sido visible durante los actos más relevantes del aparato político del régimen de Pyongyang que Kim Jong–un preside. En efecto, no ha asistido a las sesiones del Parlamento y eso habría llevado a que la cúpula política haya tenido que salir al frente para evitar especulaciones. Pero, más allá de este suceso, lo que podría ser motivo de reflexión es el hecho de que Kim Jong–un mantiene un control absoluto de todos los mecanismos y espacios del poder en Corea del Norte, un país que de modo adverso al desarrollo contemporáneo sigue recalcitrante soportando un sistema de gobierno totalitario, donde los derechos humanos y los valores democráticos no son tomados en cuenta. El poder está concentrado en una sola persona que seguramente delega ciertas prerrogativas en un grupo muy cercano al líder que, además, lo ostenta debido a una práctica dinástica que se inició con su abuelo Kim II–sun, a cuya muerte en 1994 le sucedió su hijo Kim Jong–il y este a su fallecimiento, en 2011, a su hijo el joven líder, hoy presuntamente disminuido. El deterioro en el proceso económico ha sido impactante en este país, que desde 1953 mantiene un armisticio que ha originado la separación política con Corea del Sur. Esta situación ha llevado a que ambos Estados, que forman una misma nación y comparten geopolíticamente el mismo espacio peninsular, tengan desarrollos totalmente distintos. Si hay cambios en Pyongyang, estos vendrán desde adentro. Por ahora difícil, pero no imposible.