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La Alianza del Pacífico, que agrupa a Chile, Colombia, México y el Perú, y que acaba de reunirse en Puerto Vallarta, México, constituye el mayor pacto político-económico de los cuatro países de la región. Sus gobiernos decidieron su prosperidad teniendo como eje geopolítico al océano Pacífico. Las trabas del pasado con aranceles de por medio solamente aletargaron que los cuatro Estados dinamicen sus intercambios como hoy exige el desarrollo de la economía internacional. Contando a la fecha con más de 54 países en calidad de Observadores, los que integran la Alianza han aprendido que juntos son más poderosos para sus crecimientos y que están inmersos en la era de los bloques, y la Alianza lo es. Ahora bien, sus miembros saben por dónde apuntar más, y en esa mirada también saben que la Alianza es el mayor eslabón entre China y la región de América Latina. Por su lado, China sabe lo que vale América Latina como mercado, y por esa razón también ha apuntado directamente a través de sus políticas bilaterales o en modo indirecto por medio de otro bloque como el BRICS, que agrupa precisamente a China con Rusia, India, Sudáfrica y, en nuestra región, Brasil. La iniciativa de la Franja y la Ruta confirma la seriedad de los chinos en su legítimo deseo de abarcar el mayor número de espacios para penetrar su imparable y ascendente auge comercial y económico. Eso no es malo. La declaración hecha en Santiago de Chile el 22 de enero de este año le da además a nuestros países la prioridad para ser no solamente receptores de la estrategia china, sino en cambio promotores y coprotagonistas de esa estrategia, porque la idea de América Latina es que sus países puedan proyectarse hacia el mercado internacional y ahora con especial incidencia hacia la región asiática. Los países de la Alianza tienen una ventaja respecto de los demás de la región por ser el Pacífico el escenario para el éxito de la referida ruta. Con lo anterior, y frente a un EE.UU. que ningunea a algunos países de la Alianza como México, el bloque sabe, entonces, que China es una de sus prioridades.