La frase de César Acuña en el famoso audio con Lady Camones es esencial para entender el apremio que siente el líder de Alianza Para el Progreso en la campaña regional que afronta en el norte. “Mira, se pierde la región La Libertad… chau, chau, chau, APP”, se le escucha decir a Acuña en la grabación.
Acuña sabe lo importante que es ganar la elección del Gobierno Regional de La Libertad. Es un asunto simbólico, pues si no gana él en la tierra donde nació su partido político y donde él se asienta como el caudillo de esa organización, ¿qué pueden esperar después?
Y por ello hay tensión, pese a su favoritismo. El mismo Acuña ha enviado a hacer encuestas para saber cómo está y en su partido se han felicitado por los resultados de dichos sondeos. No solo eso, sino que se han puesto a distribuir dichos resultados de las encuestas entre la población liberteña, casa por casa. “¿Por qué si está tan bien en esas encuestas luce tan desesperado?”, se preguntó hace poco su contrincante, el excongresista Elías Rodríguez.
Pero podría ser que el miedo del candidato de APP tenga que ver con la ansiedad ante lo que también podría ocurrir: la obtención de un triunfo pírrico. En la elección regional, como se sabe, habrá segunda vuelta si nadie alcanza el 30 por ciento de los votos. Una segunda vuelta siempre es otra elección, es una disputa distinta, un nuevo escenario muchos menos previsible y donde el antivoto puede hacer ganar o perder elecciones, como ya se ha visto en el contexto nacional.
Para alguien que ha sido candidato presidencial y aún mantiene ese sueño de ser presidente del país, y encima con los ingentes recursos con los que cuenta, no ganar con claridad una elección sería una derrota mayúscula y lo más cercano a una tumba política electoral.