GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Desde el 30 de setiembre, la democracia peruana se ha quedado solo con dos poderes: Ejecutivo y Judicial. El Legislativo ha sido disuelto de manera totalmente discutible. Las opiniones van y vienen, pero la única instancia que podría consagrar o rectificar la legalidad del gesto de Martín Vizcarra es el Tribunal Constitucional, ya requerido por Pedro Olaechea en aras de la estabilidad jurídica y política.

Toda democracia requiere de la separación y equilibrio de poderes. La reunión de las cabezas de los tres poderes da forma al Consejo de Estado, que algunas veces -en situaciones de urgencia- se ha reunido en nuestro país para facilitar el diálogo entre Poderes y el consenso. En plena crisis, el Defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez, con alta sensibilidad institucional, ha asumido el rol de bisagra. Aunque no pudo reunirlos, sí habló por separado con el presidente de la República y con el titular de la Comisión Permanente, Pedro Olaechea, para pedirles diálogo. Vivimos días convulsos y es indispensable garantizar el respeto a los derechos fundamentales, así como descartar todo tipo de violencia. Si la Defensoría es clave para sostener los espacios de diálogo, más aún lo es el Tribunal Constitucional para poner los límites al presidente de la República. Olaechea ha requerido al TC para que suspenda el decreto de disolución, que declare que el Ejecutivo no tiene competencia para plantear una cuestión de confianza sobre atribuciones exclusivas del Parlamento y que precise que la cuestión de confianza solo puede ser otorgada de forma expresa a través de una votación y no de manera “fáctica”. Una solicitud muy bien planteada, jurídica y políticamente. Y mientras llega el vital pronunciamiento, ambos Poderes deben buscar soluciones. Falta bastante para que este quinquenio termine, y la necesidad de una agenda común y de un mejor gabinete subsisten, a pesar de los penosos acontecimientos recientes.