Desde el inicio de las “clases a distancia” he comentado sobre la importancia de que cada una de dichas sesiones de enseñanza-aprendizaje debe tener una secuencia didáctica en su desarrollo. Por eso, considero importante reiterar esto, sobre todo para los padres y familiares, que están en el hogar cercanos a sus hijos e hijas.

Como todo proceso pedagógico, se debe iniciar dinamizando saberes previos, planteando problemas, interrogantes o situaciones para generar posibles respuestas de los alumnos. Se trata de propiciar dudas, interés y expectativas sobre el propósito específico de la clase, que luego debe ser presentado con claridad por el profesor cualquiera sea el medio remoto por el cual llega al estudiante: la radio, la televisión o el internet. Se pretende desarrollar y lograr una motivación inicial, la cual se debe mantener durante toda la actividad educativa.

Luego viene la adquisición de los aprendizajes previstos en función del propósito de la lección y también “los imprevistos” que puedan surgir durante la clase. Hoy la tecnología nos permite diversificar la forma de presentar los saberes, por ejemplo, documentos ilustrados, videos, testimonios, foros de discusión en línea, exposiciones, simuladores, animaciones interactivas, video conferencias, etc.

Para que el docente tenga la seguridad de que los estudiantes aprendieron, en las postrimerías de la clase se plantean cuestionarios, problemas o situaciones similares para comprobar si los alumnos lograron los saberes previstos, desarrollando al mismo tiempo la retroalimentación para afianzar lo logrado y subsanar lo no aprendido.

Éstas fases de la clase a distancia son viables con una plataforma de comunicación y colaboración virtual, así como con recursos tecnológicos y digitales. Y, por supuesto, con docentes capacitados. No obstante, en “las clases radiales y televisivas” también se deben marcar y desarrollar, debidamente, los momentos didácticos dentro de sus respectivos “guiones”.

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