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La situación del presidente Pedro Pablo Kuczynski se ha visto mucho más complicada tras su presentación en televisión el domingo, en que lejos de mostrar alguna evidencia de la limpieza de su labor como consultor entre los años 2004 y 2006, terminó por admitir que siendo ministro, una empresa suya dio servicios a un proveedor del Estado y que luego de eso el hoy mandatario recibió dividendos.

Así las cosas, es difícil entender cómo algún sector de políticos insiste en que el presidente Kuczynski debe permanecer en el cargo. ¿Están diciendo que se debe dejar de lado el affaire Kuczynski-Westfield Capital-Odebrecht y seguir como si nada hubiera pasado? ¿Un mandatario puede seguir al frente de un país por tres años y medio más cargando tremendo pasivo?

Por darle la contra a la mayoría fujimorista y al aprismo, no se puede pasar por alto un escándalo que el propio mandatario no ha sabido aclarar ni el domingo último ni días antes. Ojalá que lo pudiera hacer este jueves ante el Congreso. Sería lo mejor para el Perú, pero si no es así, la propia Constitución establece mecanismos que no tienen por qué afectar la gobernabilidad ni la institucionalidad, como afirman algunos.

Lamentablemente, el presidente Kuczynski se encuentra en una situación bastante complicada por sus errores y “olvidos”, según ha afirmado la noche del domingo la titular del Consejo de Ministros, Mercedes Aráoz, que lo debilitan políticamente como para seguir al frente de un país que necesita un líder sin cuestionamientos, en un contexto en que se pide mano dura contra la corrupción.