Sun Tzu, antiguo estratega militar y filósofo chino, señalaba que los principios claves del arte de la guerra son ganar sin combatir, atacar las debilidades del enemigo, eludir sus fortalezas y engañar. La sabiduría de Sun Tzu se basaba en su aplicación a la naturaleza humana en momentos de conflicto y señalaba con maestría que, “Estrategia sin táctica, es el más lento camino hacia la victoria. Táctica sin estrategia, es el ruido antes de la derrota”.

En la vida política, todo “plan” debe venir con su “pan bajo el brazo”; es decir, con una estrategia pre-concebida para lograr su implantación y esta estrategia, a su vez, para ser efectiva, deberá contar con tácticas o acciones concretas que le permitan alcanzar la finalidad superior.

Mientras que la estrategia se ocupa de como ordenar y tener bajo control toda la visión del plan, la táctica se ocupa de objetivos muy puntuales sobre cómo llevar adelante el proceso general. Es decir, la estrategia es una sola, pero las tácticas pueden ser diversas, para conseguir el éxito final. ¿Le suena conocido? Para tratar de entender bien estos conceptos, utilizaremos un ejemplo simple y real: Plan de este gobierno: lograr el cambio de la Constitución y la perpetuación en el poder. Estrategia: Lograr la Asamblea Constituyente. Tácticas: persuadir a la población a firmar los planillones a través de dadivas o a través del engaño, utilizando todas las formas posibles de discurso radical a través de diferentes personajes.

Que las tácticas que utilice este gobierno no nos distraigan; agrias o dulcificadas, todas tienen idéntico objetivo y seguirán una misma estrategia: imponer el cambio constitucional a través de una Asamblea Constituyente, reduciendo nuestras libertades, controlando las instituciones y perpetuándose así en el poder. Recordemos al presidente Castillo en su mensaje a la Nación el 28 de julio, cuando juró por una “nueva constitución” y señaló con meridiana claridad que enviaría al Congreso un proyecto de ley para hacerla viable, a través de una Asamblea Constituyente. Mientras su nueva premier señala hoy que la Asamblea Constituyente “no está en agenda”, para intentar entibiar el agua hirviente con la que nos sancocharán, la recolección de firmas y la campaña desplegada a nivel nacional por el partido Perú Libre, siguen sin tregua. Mientras el plan, la estrategia y las tácticas de este gobierno, avanzan sin freno, el ruido político y las contradicciones deliberadas entre todos los actores, producen el deterioro de la economía y la distracción del fin principal. Estemos alertas, atentos y despiertos para defender la revolución de la libertad.