Es una gran verdad la frase “las palabras son insustituibles para el ejercicio del liderazgo”. Si el presidente Pedro Castillo no maneja bien este tema, ya sabemos por qué está en problemas. Lo peor es que no solo tiene carencias para expresar una idea sino que cuando esporádicamente declara algo no cumple su palabra.

El exfutbolista, exentrenador y exdirector deportivo del Real Madrid y fundador de la empresa Makeateam, Jorge Valdano, decía que los “líderes deben aumentar la frecuencia de la comunicación en los momentos de crisis. No solo por el valor de la palabra, sino porque la comunicación fortalece el vínculo (…) Hay que abordar las cuestiones importantes. Siempre que se encaran frontalmente los temas delicados, queda fortalecida la posición del líder”. Precisamente esto es lo que nunca hace nuestro Jefe de Estado. A la hora que las papas queman, nunca aparece. Debe ser por ello que, según la última encuesta de Ipsos-Lampadia, el 61% de peruanos considera que Castillo no tiene capacidad de liderazgo para resolver los problemas de los ciudadanos.

Este es un serio obstáculo para la gobernabilidad. Si no hay un líder que conduzca al país a escenarios mejores, continuará la inestabilidad política que tanto daño genera en el Perú. Además, otros están ocupando el espacio que le corresponde. Uno de ellos es Guido Bellido, quien incluso marca la agenda del Gobierno y hasta emplaza al presidente de la República a no retroceder en el tema del gas de Camisea. “Si él se va a asustar no estaría bien. Nosotros le hicimos llegar a la presidencia, no debe tener miedo”, dijo el premier en un discurso en quechua en Puno.

Es evidente que hay una parte del Gobierno que Castillo no maneja. Sus decisiones no terminan donde quiere. Y eso da luces que carece totalmente del control del Ejecutivo.

La inacción y la falta de preparación para presentar alternativas de desarrollo del país, dentro del Estado de Derecho, afectan la vida de la gente. Ya son dos meses de baches y vaivenes que no hacen confiable al Gobierno y que han generado una crisis económica, que puede tirarse abajo los logros de los últimos 20 años, en el que nos convertimos un referente en Sudamérica.