La investigación de IDL sobre la cantidad de fallecidos por coronavirus en el país, que es muy superior a las cifras oficiales del Gobierno, ha generado polémica. Hay que tener en cuenta que el manejo de esta información es un tema delicado y se deben evitar los errores. Son perjudiciales tanto el exceso de alarma como el guardar secreto.

Si bien es cierto, cuando la información sobre los problemas en la lucha contra el coronavirus se magnifica puede generar inestabilidad y hasta pánico. Cuando se esconden hechos y data se abre paso a la incertidumbre y al ¡sálvese quien pueda!

Por eso, es necesaria la transparencia. El Gobierno debe ser lo más claro posible en sus exposiciones y comunicados. La gente necesita orientación y datos confiables. No solo por el tema de los fallecidos por Covid-19 sino también sobre tantos acontecimientos que se están saliendo de control.

En los últimos días vemos protestas de médicos sin protección ni equipos, de padres de familia que reclaman por las pensiones, de pobladores que pugnan por retornar a sus regiones, de familiares de pacientes abandonados, entre otros.

Es evidente que la pandemia y las respuestas del Estado no es responsabilidad del actual Gobierno. Por ejemplo, que no tengamos un buen sistema de salud para enfrentar el coronavirus es fruto de décadas de negligencia o rapacidad de nuestros gobernantes. Lo que queda es direccionar los esfuerzos para que no colapse el país. Y para eso también es necesario informar con la verdad.