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En el año 2017, el presidente Pedro Pablo Kuczynski tiene la gran oportunidad de demostrar que los primeros seis meses de su gestión fueron apenas un aprendizaje en la difícil tarea de gobernar y que en adelante sabrá asumir el liderazgo que el Perú necesita para superar los grandes problemas que nos agobian día a día, especialmente a la gente más pobre.

En el año que se va, ya hemos tenido bastante con sus metidas de pata, sus deslices verbales y actitudes inexplicables que por momentos nos hacen ver que no hay un norte. Y para un gobierno que no tiene mayoría en el Congreso, eso puede ser fatal. Lo último ha sido disparar a la oposición fujimorista a pocos días de haberse reunido con Keiko Fujimori.

Pedro Pablo Kuczynski llegó al poder en julio último con el pergamino de poseer una amplia experiencia dentro del ámbito estatal. Ha sido ministro en reiteradas ocasiones y al final del gobierno de Alejandro Toledo fue presidente del Consejo de Ministros. Sin embargo, hasta el momento se han visto cosas buenas, pero también actitudes propias de políticos novatos; y eso debe cambiar en 2017.

Para afrontar los problemas del Perú, se necesita seriedad, decisión y liderazgo, y es eso lo que debe exhibir un gobernante. Para palos de ciego e indecisiones ya hemos tenido bastante en el año que se va. Esperamos ver a un presidente Kuczynski renovado y demostrando que la Presidencia de la República no es una fiesta, un vacilón o la satisfacción de una aspiración personal y profesional, sino un trabajo de muchísima responsabilidad.

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