GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

El encontronazo entre Keiko y Kenji Fujimori deja secuelas que no dejan bien parada a la candidata de Fuerza Popular. Por más que lo haya cuadrado en público, es evidente que Kenji aspira suceder a Keiko, en caso ella no gane la Presidencia. Sus palabras han quedado por escrito en el Twitter. Por más que haya quedado la sensación de que ella “manda” -pese a que previamente Kenji corrigió en público a Keiko, con eso de que ningún Fujimori postulará en el futuro-, no se entiende por qué era necesaria una conferencia para jalarle las orejas; si pudo haberlo callado en privado. No hay diálogo a solas entre hermanos. Así, Kenji pudo haberse rectificado voluntariamente; pero lo tuvo que hacer, a regañadientes, y amonestado por televisión.

Es claro que el objetivo de esconder a Kenji, por lo menos hasta después del 5 de junio, busca silenciar una voz que no coincide con lo que Keiko nos vende en campaña. Diría incluso que, así uno no esté de acuerdo con lo que dice, Kenji es hoy más honesto que Keiko. Él expresa lo que siente. En la primera vuelta llegó a decir que lamentaba que su padre no esté físicamente en la campaña. Con su honestidad, Kenji no solo le resta puntos a su hermana, sino que la deja en ridículo público.

No nos hagamos, pues, los tontos. Cualquiera puede advertir que Keiko piensa igual que Kenji, pues ambos son hijos del mismo padre. Y por más candidata que sea, ella también desea en lo más profundo de su ser que Alberto Fujimori salga de la cárcel. Lo que cuesta creer es si, con el poder en la mano, Keiko no hará lo que hoy calla y que Kenji sí dice abiertamente.