​La huérfana “derecha popular”

Si un rasgo claro asoma en este inicio de campaña electoral, es que los partidos que encabezan las encuestas se esfuerzan por “correrse a la izquierda”. Supongo que piensan que el electorado peruano se gana por ahí. ¿Será cierto esto? Tengo tres razones para no creerlo.

Primero, los cambios estructurales que vivió el país en los noventa han gestado un periodo suficientemente prolongado de relativa bonanza como para que empiece a cambiar la mentalidad del peruano, haciéndolo más proclive al crecimiento basado en el mercado y a sus beneficios tangibles, a pesar de la gran agenda por cubrir.

Segundo, si bien estratégicamente las elecciones se ganan apoderándose del centro político, hoy ese centro está ubicado más a la derecha que hace treinta años.

Tercero, la izquierda hace rato que es una minoría. Son pocos pero bullangueros y, por eso, apantallan. Están en puestos clave de la administración pública, de los medios y de las universidades. Pero no son mayoría. Ni con Humala pudieron pasar, en el mejor de los casos, el tercio electoral.

Considero entonces que los partidos harían bien en apostar por un mensaje que capte ese otro segmento que puede denominarse “derecha popular”: esa nueva clase media emergente, producto de la migración y de la informalidad, que se viene capitalizando por dos décadas y que, junto a muchos de la clase media tradicional, quiere un gobierno que apueste, con total decisión, por mayores reformas que consoliden el crecimiento, tales como mejores instituciones, infraestructura competitiva, seguridad total ante la delincuencia y una educación moderna orientada al mundo desligada del yugo de un sindicato socialista.

Y mientras los partidos punteros sigan girando a la izquierda, y nadie adopte a esa “derecha popular”, no vaya a ser que el único partido que le abra los brazos termine siendo el de Acuña y dé a todos una sorpresa. ¿O se animará alguien más?