No me sorprende que varios partidos políticos se hayan visto fuera de carrera electoral. La verdad es que en un país donde reina la informalidad, donde cualquiera toma la carretera y paraliza la nación, hasta los grupos que aspiran a gobernarlo se coluden con lo ilegal con tal de conquistar el poder.

Por ejemplo, los plazos del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para la inscripción de candidatos presidenciales y congresales están determinados desde que se convocó a elecciones. No ha habido ninguna alteración del calendario electoral, pero ya hay bajas no tan sensibles, por decirlo así.

Nidia Vílchez, quien desea llegar a gobernar en representación del Apra, acusa a la institución por la no inscripción de la plancha de candidatos al Congreso. Pregunto: ¿No tenían tiempo para registrarse en el JNE en vez de esperar el último día o es una estrategia de campaña?

Lo que no han medido los apristas es que se han convertido en el símbolo de la informalidad, esa que tanto daño le hace al país. Si no son capaces de organizarse ni quiero imaginarme si tuvieran la posibilidad de conseguir el gobierno.

Todos por el Perú, que lanzaba a Fernando Cillóniz a la presidencia, es una olla de grillos. La plancha ha sido declarada improcedente por “carecer de legitimidad para obrar”. En buen cristiano, la organización nos puede estafar en caso de presentarse a las elecciones.

Nos hacen un bien cuando depuran las planchas de postulantes al Ejecutivo y Legislativo. No obstante, refleja la decadencia de cierta clase política que se resiste a hacer las cosas de manera diferente, ordenada, formal, como cualquier partido decente.