Será un completo suicidio si triunfa el anunciado referéndum previsto para el próximo domingo 1 de octubre en Cataluña en busca de la independencia de España. No existe antecedente histórico que sostenga la pretendida escisión que con insistencia está llevando la Generalitat o gobierno de Cataluña a su propio pueblo. Estos aires autonómicos surgieron más bien durante el siglo XX y cobraron mayor fuerza luego de que Francisco Franco, el dictador de España, asolara a la región de Cataluña desde los tiempos de la Guerra Civil que vivió la península ibérica entre 1936 y 1939. Si uno observa con atención, advertirá que aquellos que insisten en la consulta son mayoritariamente los viejos de la vida social catalana, que siguen pegados al discurso obsoleto de mediados del siglo XX con un nacionalismo bastante extraño que para nada se justifica en una España actual, que más bien necesita de la unidad política y económica para afrontar los retos que se vislumbran para esta nación en Europa y en el mundo. El resultado del domingo podría llevar al abismo a Cataluña, y no estoy exagerando. Será una cantada adicción a convertirse en un espacio territorial paria, pues la Unión Europea ha anunciado a los cuatro vientos que, de consumarse dicha separación de España, no solamente no la reconocerá, sino que además no hará nada para lograr su pretensión de ingresar al bloque. El viaje reciente de Mariano Rajoy a la Casa Blanca ha merecido el espaldarazo total de Donald Trump, que no se ha quedado callado expresando que será una locura que Cataluña se aleje de España. Ser la región del país más rica no bastará para afirmar que sola podría realizarse como Estado independiente. Los primeros que van a tumbarse los resultados que nadie quiere para Cataluña serán los jóvenes, que, a diferencia de los viejos, están conectados con el mundo que los espera lleno de oportunidades. Cataluña, además, sola ni siquiera podrá enfrentar al terrorismo internacional, que ha puesto la puntería en esta región española, que así como van las cosas será la más vulnerable del país.