Poco tiempo atrás corrió tinta y papel, radio y TV, sobre la posibilidad de que quien realmente gobierna el país sea la esposa del Presidente de la República. Que ella fiscalizaba, controlaba, daba órdenes a los ministros y sugería su nombramiento. Por ello, resultan sugerentes las declaraciones del ministro del Interior en una entrevista periodística, que reforzarían esa apreciación casi de manera categórica.

1.- Nadine Heredia “ha logrado que el Consejo de Ministros sea un equipo totalmente cohesionado”. Son realmente sorprendentes estas palabras. Podrían significar que quien maneja (no preside) el Consejo de Ministros es la señora Heredia, que tiene participación e injerencia directa y decisiva, y los ministros casi nada harían sin ella. Aquí aparece en toda su dimensión la frase que se hiciera famosa sobre la “luz verde” del ministro Pedro Cateriano. Además, sugieren que su capacidad, conocimiento y liderazgo son tan notables que por encima del presidente del gabinete y la propia figura presidencial, ella conduce como una bien aceitada maquinaria el Consejo de Ministros, que ella y nadie más ha logrado cohesionarlo. Para nada aparece la señora Ana Jara, tampoco Ollanta Humala. Parecería que tuviera, Nadine, la asombrosa potestad de autorizar cualquier tipo de función ministerial.

2.- Nadine Heredia “es mi jefa”. El ministro no reconoce la jefatura del Presidente de la República, como debiera ser lo normal, lo legal, lo constitucional. Reconoce la “jefatura” de la señora Heredia. ¿Es esto un lapsus, un “irse de boca” de la conocida costumbre de hablar hasta por los codos del ministro del Interior? ¿Es una realidad dicha “sin querer queriendo” (recordando al fallecido Roberto Gómez Bolaños)? ¿Es un simple halago, lisonja o sobonería? Caminando un poco más allá, puede decirse que deja mal parado al Presidente de la República, pues deja en casi inexistente su papel de jefe de Estado y del Gobierno. ¿O se ha producido un golpe de Estado palaciego y familiar?

De todas formas, afirmar que ella cohesiona al gabinete ministerial y el hecho de que la reconozca como “Jefa” son cuestiones preocupantes y delicadas que no deben tomarse a la ligera, más aún si es un militar acostumbrado a la jerarquía y al mando quien lo dice.