Luego de escuchar las primeras declaraciones de Pedro Cateriano como jefe del gabinete, uno no puede dejar de preguntarse si será verdad tanta belleza: “Voy a tener que cambiar (mi estilo político), porque como presidente del Consejo de Ministros seré la voz del Ejecutivo”. Asimismo, tendrá que comprender las circunstancias actuales, por lo que tenderá puentes de diálogo con las diversas fuerzas políticas.

Si es así, enhorabuena. Y si actúa según lo anunciado significaría que el Gobierno sí entiende que al carecer de una mayoría leal en el Congreso, ha quedado a expensas de lo que la oposición decida. ¿Vamos a continuar jugando a la guerrita? Sería una reverenda estupidez. Sigo pensando que con este nombramiento se perdió una oportunidad, pues hubiera sido mejor convocar a alguien con mayores atributos políticos y de gestión, que contribuyera decisivamente a generar confianza, pero nombrado está y hay que seguir adelante.

Hasta ayer, Ollanta Humala y Nadine Heredia tuvieron en Cateriano a un fiel escudero que no dudaba en ir a la batalla contra apristas y fujimoristas. Ahora su papel debe ser otro y ojalá que así lo entienda el flamante Premier. Como se sabe, después de la Primera Guerra Mundial Francia levantó la “Línea Maginot” a lo largo de su frontera con Alemania para evitar una futura invasión. Sin embargo, esta de nada sirvió cuando Hitler se lanzó a la conquista. Si Ollanta y Nadine creen que con Cateriano están levantando un muro infranqueable para sus adversarios, ignorarían no solo que siempre es mejor tener una cabeza fría al frente del gabinete, sino que a partir de agosto la oposición podría censurar a Cateriano sin riesgo de que el mandatario disuelva el Congreso (no puede hacerlo en su último año).

Cateriano tiene todo abril para buscar el voto de investidura en el Parlamento. La oposición debería otorgarlo y mantenerse vigilante, constructiva y dejando los espacios para que el Ejecutivo proponga y actúe. Sí, Nadine seguirá viajando con “sus” ministros y haciendo campaña con fondos públicos. Eso tendrá que ser fiscalizado, pero el país no puede detenerse. No más.

TAGS RELACIONADOS