La mala descentralización
La mala descentralización

El presidente Ollanta Humala comentó hace unos días a Correo que era muy lamentable que Cajamarca, con semejantes reservas de oro que no pueden ser explotadas, sea la región con más pobres en el país. Agregó que esa situación indignante era producto de un proceso de descentralización mal llevado, que impedía intervenir a la administración nacional a fin de poner orden y evitar que algunas jurisdicciones se vayan al abismo.

Tiene razón el jefe del Estado. La descentralización llevada a cabo a inicios de la década pasada ha permitido que a personajes como César Álvarez, en Áncash; Gerardo Viñas, en Tumbes; o Gregorio Santos en Cajamarca, se les entreguen no solo ingentes cantidades de recursos, sino también sectores claves como la Educación y la Salud, además del control del transporte en carreteras, donde nunca hay supervisores que impidan que cada cierto tiempo tengamos accidentes con 30 muertos o más.

Nadie puede negar que una de las taras de nuestro país es el exceso de centralismo asfixiante. Sin embargo, si la descentralización que ha permitido la proliferación de ineptos y acusados de sinvergüenzas, hay que cambiar la cosa. No puede ser que en nombre de ella Cajamarca esté sumida en la pobreza y la gente se muera de hambre porque a su presidente regional se le metió en la cabeza luchar contra el "neoliberalismo".

Si el Mandatario es consciente de que la cosa es dramática en Cajamarca, Áncash y Tumbes, por citar solo dos ejemplos, sería bueno que prepare un paquete de normas a fin de que el Congreso cambie los errores de la descentralización, pero no ahora que se vienen las elecciones y dichas innovaciones podrían hacer que varios de por ahí armen sus marchas y agiten a la gente contra el gobierno a fin de ganar votos. No vendría mal discutir este tema apenas se terminen los comicios regionales y ediles.

Hacer sentir a los peruanos más pobres que el país está mejor que antes, pasa también por evitar que la descentralización mal llevada impida que la riqueza llegue a sus manos y que algunos ineptos no administren bien sectores tan importantes como la Educación, la Salud y el transporte que cobra vidas. El Poder Ejecutivo no puede seguir mirando de costado cuando en sus manos está corregir lo malo y mantener lo bueno.