Es muy lamentable ver cómo la naturaleza puede traer desesperanza en quienes menos tienen, como lo ocurrido en Piura con las lluvias y el desborde del río; pero es peor la mano del hombre, como lo acaba de corroborar la Contraloría General de la República, que ha detectado irregularidades en las obras de prevención por el Fenómeno El Niño.

Se trata de más de 40 obras efectuadas por la empresa Viviana EIRL, que fue contratada a dedo por diversas unidades del Gobierno Regional de Piura y del Ministerio de Agricultura. Es decir, según la Contraloría, la gestión de Reynaldo Hilbck originó un perjuicio económico de 6’556,436 de soles.

Con este botón se demuestra que el estado de emergencia no siempre trae buenos frutos para los damnificados y los afectados por las lluvias, sino que puede degenerarse en jugosos contratos con aparentes preferencias y mañoserías de algunos funcionarios, que no son vigilados por la autoridad competente.

No basta con pedir perdón a la región frente a los desastres naturales, sino que es competencia del gobernador regional vigilar el uso de los recursos de todos los piuranos porque, para colmo, la prevención no funcionó. Eso pasa cuando celebran contratos a dedo, con exoneraciones que solo benefician a contratistas.

El Consejo Regional también tiene vela en este entierro y parte de la responsabilidad porque, precisamente, su labor es fiscalizar al gobernador Hilbck. Sin embargo, vale resaltar su reacción para pedirle a dicha autoridad que disponga la suerte de su asesor principal -cuasi plenipotenciario- Carlo Bertini, acusado de querer salvar de la desgracia de la inundación a gente acomodada, en desmedro de los más necesitados.

Veremos si la misma reacción tiene Hilbck sobre esta metida de pata de algunos malos funcionarios y logra calmar las aguas. Repito, no valen más disculpas porque la mano del hombre es corregible, a diferencia de la naturaleza.