La Constitución Política de los Estados Unidos de América, la única vigente dese su dación en 1788, contempla que el Congreso lleve adelante un proceso de destitución al presidente y esa prerrogativa corresponde a la Cámara de Representantes que conducirá a un impeachment o juicio político en el Senado que es la otra cámara del Capitolio. En diciembre de 2019 fue aprobado como por un tubo por la Cámara de Representantes por contar con mayoría demócrata. En el Senado las cosas son distintas pues está controlado por la mayoría republicana que tiene el propósito de sacar bien librado al presidente Donald Trump de una revocatoria de su mandato y estoy seguro que lo conseguirán. Ahora bien. El juicio ya ha comenzado y no será largo y no es gratuito que no lo sea pues a los republicanos y a Trump no les conviene un alargue -evitarán presentación de testigos o los menos posibles- dado que quieren llegar, volteando la página, al 4 de febrero, fecha prevista para que el presidente pronuncie el discurso del Estado de la Unión que es un informe anual al país. Con reglas ya establecidas, 7 congresistas demócratas -todos tienen experiencia de haber sido magistrados- viene actuando como fiscales ante el Senado y por esa razón han comenzado a soltar una batería de argumentos sobre las dos acusaciones al mandatario: Abuso de poder y obstrucción a la justicia. Durante el juicio ningún senador podrá intervenir -ya juraron no perturbar el desarrollo del proceso- y lo observarán con restricciones (Sin laptops, tablets, celulares, etc.), mientras que la defensa de Trump correrá a partir del fin de semana y contará -es la estrategia del magnate presidente- con abogados mediáticos y de primer nivel en EE.UU. Finalmente, que el juicio sea presidido por el presidente de la Corte Suprema de los EE.UU. indica la seriedad con que en ese país entienden por justicia, en este caso, justicia política. Habrá desarrollo de argumentos jurídicos -es indispensable- por las partes pero la decisión será política -2/3 de los 100 senadores se requiere para la destitución y los demócratas solamente cuentan 43- pues la idea es conservar impoluta la institución presidencial donde quien está así investido debe ser digno para la moral nacional estadounidense.

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