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Entramos en la recta final con miras a las elecciones regionales y municipales del próximo domingo 7 de octubre, y los peruanos estamos a tiempo de evaluar bien a quién le vamos a dar con nuestro voto el poder para administrar nuestros recursos y la inmensa responsabilidad de trabajar para mejorar nuestras condiciones de vida.

Sin duda estamos en una campaña deslucida, donde en muchos casos se ha visto más de lo mismo, y el ataque y el golpe bajo han primado antes que las propuestas viables que permitan mejorar el transporte público, el ornato, la seguridad, el control del comercio informal y la limpieza, entre otros aspectos que son un inmenso pendiente en gran parte del país.

Sin embargo, en estas últimas dos semanas, los peruanos debemos informarnos sobre los antecedentes de los candidatos, sobre la viabilidad de lo que ofrecen, y sobre sus capacidades profesionales y morales para estar al frente de nuestras jurisdicciones. No podemos votar por cualquiera que aparece por ahí bailando bonito o regalando almuerzos o gorritos.

Nos hemos equivocado muchas veces. Que esta vez no suceda lo mismo. No podemos votar por un personaje al que al cabo de unos meses queremos ver vacado o en la cárcel. Si eso sucede, en gran parte será responsabilidad nuestra. No nos dejemos engañar, como en el pasado. Demos un voto consciente y a la altura de la necesidad de contar con autoridades eficientes y honestas.