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El fujimorismo le debe una explicación al país por haber tratado con guantes de seda al suspendido vocal supremo César Hinostroza y a los exintegrantes del desaparecido Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) Orlando Velásquez, Guido Aguila, Iván Noguera y Julio Gutiérrez, a los que no se podrá procesar por ser parte de la presunta organización “Los Cuellos Blancos del Puerto”.

Esta salvada se dio entre gallos y medianoche, sin que hasta el momento la bancada “naranja” haya explicado cuáles han sido los criterios aplicados para permitir que estos cinco personajes sean procesados por delitos leves, lo que sin duda quita piso al trabajo del Ministerio Público que al menos a Hinostroza lo tenía bastante comprometido en base a los audios del escándalo.

Tuvo razón el presidente Martín Vizcarra cuando en la mañana de ayer señaló que la decisión de salvar a los mencionados ex altos funcionarios “es preocupante”. Ha dicho que espera que el pleno rectifique esta decisión de la Comisión Permanente. No obstante, a estas alturas eso resulta bastante difícil. Es muy remota la posibilidad de que el fujimorismo dé marcha atrás.

Hinostroza y compañía han sido salvados con un fuero político para no responder ante la justicia penal, que es lo que correspondería si tenemos en cuenta que los demás presuntos integrantes de “Los Cuellos Blancos del Puerto”, incluso, están cumpliendo prisión preventiva en espera de su juzgamiento. El país necesita una explicación por parte del fujimorismo, que con su mayoría les ha lavado la cara a quienes tendrían mucho que responder ante un juez.