El pleno del Tribunal Constitucional (TC) inauguró el último jueves el año jurisdiccional constitucional en su sede principal de Arequipa, y lo primero que informó su presidente, el doctor Manuel Miranda Canales, es la excesiva carga que tiene por resolver y que suma 9800 expedientes.

Sin duda que es exagerada la cantidad de casos que tiene por atender dicho organismo y, como lo ha calificado su propio titular, “adolece de una enfermedad que lo ha llevado a declararse en emergencia”.

Esa cantidad será imposible de disminuir, pues se incrementaron las acciones de amparo, hábeas corpus y hábeas data, gran parte de ellas sin la debida relevancia como para llegar al pleno de ese órgano constitucional.

Esta situación, en buena medida, obligó al TC a optar e implementar desde hace un año y medio trabajar con salas, integradas por dos miembros, que pueden dictar sentencias interlocutorias, es decir, revisar procesos sin mayor importancia para que no lleguen a la Sala Plena. Lo recomendable es que el TC pueda emitir de manera oportuna sentencias con mayor rapidez y los procesos no demoren tanto, tal como ocurre con varios asuntos de importancia jurídica.

El trabajo que cumple el TC es importante dentro de nuestro sistema democrático, y hoy en día, al estar completo en su conformación, tiene que poner de su parte para que la descarga de expedientes sea mucho mas fluida .

Asimismo, el TC tiene que seguir trabajando con seriedad, probidad, idoneidad, imparcialidad, autonomía e independencia, tal como lo implementó su anterior presidente, el doctor Óscar Urviola Hani.

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