Una de las cosas que se daban por descontadas es que si algo sería capaz de gestionar con solvencia el gobierno de PPK, era la economía del país. Sin embargo, en su primer año de gestión esta no ha dado los resultados que el Gobierno y la población esperábamos. Esto se refleja claramente en el índice de confianza del consumidor -el cual está en terreno pesimista desde hace más de cinco meses-, así como en la encuesta anual de CEO de Ipsos y Semana Económica, la cual muestra que el 63% de los principales ejecutivos tienen expectativas conservadoras y un 23% se muestran pesimistas frente a las perspectivas económicas del país. Ello a pesar de que las empresas que dirigen llegarían a los resultados esperados en el 72% de los casos.Es cierto que, como el Gobierno indica, la situación generada por “Lava Jato”, así como el fenómeno El Niño costero y la moderación en el gasto público del segundo semestre de 2016 son en gran medida responsables del bajo crecimiento que tendrá la economía del país este año. Lamentablemente, estas razones siguen sin explicar del todo las bajas expectativas que mencionamos anteriormente y que, sin duda, marcarán las tendencias negativas en el consumo y la inversión privada. Sin este crecimiento, lograr que el país consiga avances importantes en la lucha contra la pobreza parece muy difícil.Los últimos gobiernos nos han acostumbrado a que los problemas políticos del país afecten la economía de manera moderada. Esto principalmente porque el gobierno de turno contaba con mayorías relativas en el Congreso, ventaja que le permitía gobernar, y con la que no cuenta el actual Poder Ejecutivo. Esto viene afectando de manera directa las expectativas de empresarios y ciudadanos en general. Será difícil que esta percepción cambie únicamente por el incremento del gasto público -única carta que tiene el Gobierno, por ahora-. Por ello, urge que el Ejecutivo busque la manera de convencer a los empresarios y ciudadanos de que sí es capaz de gobernar el país y de sacar adelante la economía, independientemente de las complicaciones que puedan presentarse, incluido el control político de FP, lo que solo se puede lograr comunicando de modo contundente planes y logros.