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Ha sido positivo ver ayer al presidente Pedro Pablo Kuczynski en la provincia liberteña de Virú, entregando viviendas y anunciando mejoras en las condiciones de vida de las personas que hace un año sufrieron efectos del llamado Niño costero. Es así como la población necesita ver a su Mandatario, trabajando en las zonas que fueron dañadas del norte del país y atendiendo sus necesidades, en medio de la desazón que existe por la lentitud de los trabajos ofrecidos.

Luego del traspié para el Gobierno que se dio con la visita del papa Francisco al balneario de Buenos Aires, en Trujillo, en que se hizo evidente que se había cubierto estructuras afectadas con plásticos y madera para que no se vean y “malogren” el paisaje, es necesario que el Poder Ejecutivo comience a mostrar resultados de la reconstrucción, y qué mejor que hacerlo de la mano del propio Presidente.

Sería interesante, por ejemplo, ver dentro de poco al Mandatario en Catacaos y el inicio del Bajo Piura, que fue una de las zonas más dañadas en marzo del año pasado, cuando miles de casas y extensas zonas de cultivo quedaron bajo las aguas tras el desborde del río. Muchos siguen en refugios “temporales” y es ahí donde debería llegar el Presidente para llamar a la calma y hacer anuncios que luego se cumplan, para que la gente sienta que no está abandonada a su suerte.

Si hay demoras por tales o cuales razones, que de hecho existen, el jefe del Estado debería explicarlas al detalle a los afectados, para que de esa forma se le vea al frente de la situación liderando el problema, como en cierta forma hizo durante la emergencia del verano pasado, en que con el gran trabajo de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y los bomberos, el Estado supo asistir y poner a buen recaudo a los damnificados.

Si el presidente Kuczynski dice que recibió del papa Francisco el consejo de que trabaje, pues en el tema de la reconstrucción hay muchísimas cosas por hacer. Es tiempo de ponerse al frente del asunto, muy encima de esa burocracia que muchas veces demora la ejecución de las obras. Estamos cumpliendo el primer año del Niño costero y especialmente en el norte la gente reclama lo ofrecido. Bien lo de ayer en Virú, pero falta más.

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