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La procesión del Señor de los Milagros es la mayor y más globalizada de las manifestaciones colectivas de fe en el mundo -al 2019 cuenta con más de 260 hermandades y cofradías en varios continentes-, siendo Japón, Alemania, Australia, Chile, México, Argentina y Estados Unidos los países que concentran la mayor cantidad de fieles devotos peruanos y de nacionales de esos países. La magia para constituirlas, entonces, fueron los miles de peruanos que emigraron en los años 80 -la generación de la década perdida- en busca de oportunidades. La fe no tiene fronteras, y allí donde han hecho nuevas raíces, los peruanos han venido acrecentado esta ferviente actitud católica, manteniendo intactas sus costumbres religiosas. Tradicionalmente se manifiesta durante el mes de octubre, al que llamamos también mes morado. Recordemos que luego de un día como hoy, el 28 de octubre de 1746, cuando Lima fue estremecida por el más violento terremoto que recuerda su historia -en el Callao hubo un feroz maremoto en esa ocasión-, se inició la devoción morena que hoy vivimos con gran emoción. La sagrada imagen pintada por un esclavo mulato angoleño en un muro de adobe en 1655, que no había caído con el fuerte sismo de ese año, una vez más se mantuvo en pie, y esta sorprendente realidad llevó a que todos los 28 del mes octubre, como hoy, también quedara perennizado para llevar en hombros por las calles de la Ciudad de los Reyes al Cristo Moreno. Hoy por supuesto los recorridos van más allá del histórico barrio de Pachacamilla del Centro de Lima. El santuario de Las Nazarenas, donde se encuentra el muro con la milagrosa imagen -en el Altar Mayor-, fue fortificado gracias al virrey José Manso de Velasco, Conde de Superunda, y desde entonces se ha convertido en el epicentro del mayor acto de fe del catolicismo. La procesión del Señor de los Milagros es un patrimonio de todos los peruanos y se preserva como una de las más grandes tradiciones religiosas del país a lo largo de su vida virreinal y republicana, por lo que tiene un lugar en la dimensión trascendente para el Bicentenario del Perú.