Mientras el país está a la expectativa de las definiciones en el tema de la huelga de los docentes, hace dos días la Comisión de Constitución del Congreso aprobó el dictamen de la reforma electoral, con el objetivo de que los próximos procesos electorales sean transparentes y sin los vicios de otros tiempos. Es evidente que el objetivo es dejar el pasado atrás, antes de seguir adelante.

Si bien es cierto la clase política está fragmentada y no hay vertebración para aunar esfuerzos y solucionar los grandes problemas del país, en esta ocasión hubo consenso. Se aprobaron una serie de prohibiciones y la principal es que las empresas privadas no podrán hacer aportes a partidos o candidatos en las campañas electorales. El objetivo es que nunca más ocurran situaciones como la de Odebrecht, que financió a partidos políticos en anteriores elecciones.

También se vio el tema de las dádivas de los candidatos. Lo único que podrán regalar son prendas e instrumentos de merchandising por un valor de 8 soles. Los que no cumplan con ello, tendrán una amonestación como primera medida; una multa como segunda y la expulsión si persisten en esta acción. La prioridad es que todos los candidatos vayan en igualdad de condiciones, y que los que tienen más recursos económicos no saquen ventajas.

Sin embargo, lo más importante vendrá después. En los próximos días, la Comisión de Constitución evaluará, para su aprobación, los dictámenes sobre el fortalecimiento de los partidos políticos y la democracia interna de estos movimientos.