La pandemia del nuevo coronavirus COVID-19 ha tomado la atención de todos los niveles del gobierno y de todos los ciudadanos.  La lucha contra el virus es una prioridad nacional, eso está claro, pero hay miles de peruanos que padecen de otras enfermedades y que en este momento tienen meses recibiendo sus tratamientos de manera parcial o  estos han sido totalmente suspendidos.

Ellos están desesperados porque su vida está en juego desde hace más de cien días y no avizoran una pronta solución a esta eventualidad. Es más, con la reapertura y el fin de la cuarentena podría haber un repunte de casos y llevar, otra vez, al alicaído sistema de salud, a un nuevo colapso.

Todos tenemos un conocido con alguna enfermedad crónica que teme ir al hospital para no contagiarse o se arriesga y va, pero no es atendido debido a que la prioridad es el tratamiento a la pandemia.

No repitamos lo que ocurrió con los caminantes y los peruanos varados en el extranjero. Al primer grupo, durante mucho tiempo, se le dejó a su suerte, mientras que al segundo sí se le brindó una atención medianamente adecuada.  No olvidemos que el 2020 fue denominado como el “Año de la Universalización de la Salud” y esta debe estar al alcance de todos.