La solidaridad es el gesto más importante de los peruanos en estos momentos que los desastres naturales afectan a cientos de miles de ciudadanos. Con el lema “Una sola fuerza”, la gente se volcó a los diferentes puntos de acopio en todo el país e hizo donaciones que superan las 200 toneladas.

El momento más destacado fue cuando el congresista Kenji Fujimori fue hasta el centro de donaciones de Palacio de Gobierno para colaborar con la campaña emprendida por la primera dama. La imagen de ambos juntos, que apareció en todos los medios, proyecta a un Perú unido.

Es evidente que cuando la situación marcha mal y suceden los daños y las emergencias, la gente empieza a valorar lo esencial, los afectos, la emoción y la solidaridad. Son tiempos en que un abrazo o una mano tendida reemplazan a las palabras. Si antes hubo diferencias y hasta disputas, hoy nos iguala la capacidad de ayudar al hermano que sufre. La clave es prolongar ese acto como un milagro, para que el país supere sus sempiternos problemas.

Hasta el momento hay 663,000 peruanos afectados y 103,813 damnificados. La cadena de solidaridad de la gente continuará. Son miles de personas que asumen como prioridades la colaboración y la asociación para que las donaciones lleguen al sitio justo, en el momento justo. Hay un despliegue de voluntad impresionante; si nuestra sociedad aplicara siempre esos códigos y tuviera como valor fijo la solidaridad, otra sería la suerte de nuestro país.

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