En estos días se están viendo demandas de inconstitucionalidad sobre la nueva Ley Universitaria y en el Congreso habrían proyectos de modificación de la misma. En este contexto, hay actores que apuestan por esta norma y otros que reiteran su preocupación debido a que consideran que atenta contra la autonomía y no asegura la calidad educativa.

En este marco, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) enfatiza que es importante fijar los requisitos mínimos o básicos para el funcionamiento, así como los estándares e instrumentos para las diferentes evaluaciones de las universidades públicas y privadas para el licenciamiento y el control de la calidad. Pero hay que preguntarnos: ¿Estas evaluaciones “por sí mismas” aseguran que una institución universitaria sea una comunidad educativa que desarrolla pensamiento y conocimiento, ciudadanía e interculturalidad, altas competencias profesionales, transferencia científica y tecnológica, e investigación? Evidentemente, no.

Lo que puede permitir universidades de calidad -en un marco de autonomía y un plan de mejora sostenida- es la concentración del talento humano (gestores, docentes e investigadores), la existencia de un gobierno y una gestión eficaz y transparente, así como la disponibilidad de recursos financieros para un funcionamiento óptimo. La calidad se inscribe en resultados, subsistemas, factores y procesos institucionales y académicos ¿Cuál es la propuesta del Ministerio de Educación y la Sunedu para avanzar en esta direccionalidad? ¿Constituye una prioridad la universidad pública? ¿Cuánto se ha incrementado su presupuesto para dotarla de infraestructura, laboratorios, equipos y profesores calificados y bien pagados? ¿Cuáles son las medidas para elevar la calidad de la universidad no estatal mejorando sus factores intervinientes, la libertad de enseñanza y la inversión privada?

El Ministerio de Educación y la Sunedu debieran abrir el debate y la reflexión con los actores universitarios para buscar puntos de encuentro. Las posturas cerradas no son buenas para avanzar hacia metas superiores.