GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

En más de una entrevista, Ricardo Gareca ha confirmado que Jefferson Farfán está más lejos que nunca de la selección. La razón, que el argentino de manera menos directa, es contundente: ausencia de interés, falta de compromiso dirían algunos.

Para el entrenador de la selección peruana, Farfán no se siente parte del equipo, no existe un sentido de pertenencia de parte de la ‘Foquita’ hacia esta camiseta. Son palabras textuales del técnico que se apoyan en hechos concretos, en mensajes que Gareca decodifica con rapidez y eficacia.

Para nadie es un secreto lo que está sucediendo, las palabras del argentino son la confirmación de un secreto a voces que venía rondando desde hace mucho en nuestro país. Farfán está en otra, su interés es nulo y, como el propio DT dice, sentirse parte de la selección no se reduce a felicitar al equipo cuando gana un partido, va mucho más allá de eso.

Resulta triste escuchar también al estratega decir sin duda alguna que Jefferson Farfán es uno de los mejores jugadores que le ha tocado dirigir en toda su carrera y que debe estar incluido en la lista de los mejores futbolistas peruanos de todos los tiempos. ¿Por qué es triste? Porque se trata de una manifestación más de lo que somos como país muchas veces, talento tirado por la borda.

Perú se da el lujo de prescindir de uno de los mejores jugadores de su historia por una palpable falta de compromiso, no por bajo rendimiento, no por lesiones o motivos de fuerza mayor, sino por ausencia de carácter, de espíritu y sentido de la responsabilidad.

Hace mucho que Farfán parece un jugador que espera el fin de su carrera con ansias. Se comporta como un veterano buscando terminar su carrera en países exóticos que no escatiman a la hora de desembolsar sumas escandalosas de dinero. Farfán tiene 32 años y su accionar es de 40. Hoy toca preguntarnos si alguna vez fue diferente. Su pico de rendimiento lo llevó a un equipo alemán con el que nunca ganó la Bundesliga, donde siempre fue una figura destacada, pero jamás se hizo imprescindible. Si bien las lesiones lo postergaron, queda la sensación de que no dio el gran salto a una liga de mayor envergadura porque no quiso, porque la comodidad primó por encima de la ambición deportiva. Solo un buen fajo de billetes pudo arrebatarlo de ese espacio de confort que se había creado en el Schalke 04.

Y la conclusión es esa, Farfán no es un jugador de selección, es el mejor futbolista que el país produjo en los últimos 20 años, pero el peor seleccionado. Hoy por hoy, Farfán está más cerca del retiro que de la Videna. La ‘Foquita’ es una frustración nacional más, esperamos que sea la última.