La historia política reciente nos demuestra que hemos cometido una serie de errores los cuales prepararon el escenario perfecto para que un proyecto de izquierda criminal llegue a Palacio de Gobierno. Por el bien de nuestras familias, nuestro futuro y nuestra Patria, es el momento de aprender de esos errores y enmendarlos: quizás después del 2022 sea demasiado tarde.

El primer error es el odio como discurso político: no hay forma de construir una democracia en base a discursos de odio. Lamentablemente desde el 2001 esta ha sido la única esencia de diversos proyectos políticos, todos ellos fracasados. Votar por odio es votar por destruir nuestra democracia.

El segundo error, la división de los demócratas: lo que nos une es mucho más grande que nuestras diferencias, sin embargo, pequeñas divisiones permitieron que proyectos, destructores del esquema de recuperación económica en los 90s, ingresen al poder.

El tercer error es la visión fragmentada del país: no podemos seguir eligiendo autoridades que piensen que sus distritos, provincias y regiones son una burbuja. Si Lima habría prestado atención a la consolidación de mafias regionales utilizando el canon como combustible de la corrupción, si las regiones no habrían preferido proyectos mafiosos encubiertos de movimientos regionales y si hubiéramos entendido que lo que ocurre a un peruano nos afecta a todos, no tendríamos a Perú Libre en Palacio. Es hora de enmendar los errores, que este proceso electoral 2022 sea el inicio de un verdadero cambio: ¡La unión hace la fuerza!

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