Mientras las bancadas oficialistas piden que la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides; la coordinadora del equipo fiscal, Marita Barreto; y el coronel Harvey Colchado sean citados a la Comisión de Fiscalización del Congreso; la oposición alista una tercera moción de vacancia presidencial.
Se sabe que algunos parlamentarios que antes votaron en contra de la vacancia o se abstuvieron, ahora están decididos a apoyar una salida para terminar con el desgobierno y la corrupción. Sin embargo, la gran pregunta es si esto alcanzará. Será muy difícil convencer a congresistas, con claros intereses personales, para que cambien de actitud y resuelvan de acuerdo a su compromiso social y democrático, pero nada es imposible.
Muchos sostienen que en este contexto, la vacancia se convierte en un instrumento político que le permitirá al Congreso acabar con la inestabilidad del país y comenzar a solucionar los principales problemas de los peruanos. Al mismo tiempo el Parlamento conseguirá legitimidad política.
Ello obliga a la oposición a trascender el corto plazo de las disputas, las consignas y el internismo. Tiene que salir de su ostracismo para buscar puntos de acuerdos políticos con otras bancadas con el objetivo de transformarse en garantes de un futuro más estable del país. Hay que alcanzar un grado de conciencia para comprender que la gobernabilidad del país está por encima de todo.