La decisión de vacunarse, como bien ha referido el papa Francisco recientemente, es una expresión de amor, porque no hacerlo significa colocarse en una posición de completa vulnerabilidad personal pero también colectiva en la medida que el drama se convierte en familiar y comunal, cuando deviene la muerte.

Lamentablemente, el número de personas que deciden no vacunarse es cada vez mayor y el número de quienes deciden no aplicarse la segunda dosis también. La única manera de asegurar que no terminemos dominados por el COVID-19 y seguramente muertos, es inocularnos la vacuna contra esta enfermedad, del laboratorio farmacéutico que fuere. Los enormes esfuerzos de la ciencia para conseguir la fórmula que pudiera atenuar nuestra respuesta al coronavirus no puede ser soslayada o menospreciada por el imperio del prejuicio o la ignorancia. Es verdad de que la actitud de resistencia a la vacuna es una realidad en las poblaciones de países desarrollados como EE.UU. y otros en desarrollo como el Perú.

La política de información a las poblaciones parece que no está funcionando y esa falta de estrategia debe ser neutralizada con urgencia. Ello sucede porque no se ve este complejo tema como uno de Estado. La eventualidad de una tercera ola de la enfermedad podrá cobrar más víctimas -van 4,38 millones- y más contagiados en todo el planeta -cerca de 209 millones- y esa realidad debe ser valorada y atendida. La estrategia debería ser planetaria, hemisférica, regional, subregional, nacional y subnacional.

Los anillos de acción para crear un marco informativo y de confianza en la población mundial en los cinco continentes, entonces, debe ser en razón inversa a las acciones que clásicamente suelen iniciarse dentro de los Estados que luego suelen proyectarlas en el marco de la comunidad internacional.

La tan anunciada y temida tercera ola podría volverse inmisericorde con las poblaciones de los países menos orgánicos o menos estructurados, sin capacidad efectiva para administrar crisis como la pandemia, y el Perú no es ajeno a hallarse inmerso en esa clasificación. Debe crearse una acción conjunta entre los diversos actores relevantes del Estado. Trabajen en equipo.