El estreno de la película peruana “La piel más temida”, producida por Joel Calero ha desatado una ola de indignación en nuestro país. Esta película distorsiona la cruda realidad del terrorismo de Sendero Luminoso en los años ochenta y noventa. Llamar a los terroristas “senderistas” es un intento de hacer digerible una ideología que sumió al Perú en el terror y la barbarie. Es inaceptable romantizar el terrorismo y minimizar sus atrocidades argumentando falsamente que fue un “conflicto armado interno”.
Lo más grave es que el Ministerio de Cultura otorgó 670 mil soles para esta producción. Esto no solo resulta indignante sino condenable.
El director de la película, Joel Calero, desinforma al afirmar que se trató de un “conflicto armado interno”, dizque según el derecho internacional humanitario, cuando la realidad es que Sendero Luminoso es reconocido como un grupo terrorista y no como sujeto de derecho internacional, cómo sí lo son los movimientos de liberación nacional o los grupos beligerantes.
Es aún más preocupante la aparente relación del director con el fundador del MRTA. Esto genera una duda de si estamos ante un caso de filoterrorismo, donde se busca glorificar a los terroristas, sus acciones y humanizarlos.
Cineplanet no debió proyectar esta película que es una afrenta a las víctimas del terrorismo. Es una falta de respeto a la historia y a la lucha por la paz en el Perú. Defender nuestra nación contra el terrorismo es una responsabilidad de todos, y cualquier acción coactiva en contra de estas amenazas es un acto de Defensa Nacional.