El propósito de toda pesquería para alcanzar el desarrollo sostenible reside en buscar el equilibrio entre los objetivos económicos, sociales y ambientales. Por ello, resulta imprescindible contar con el adecuado conocimiento científico, así como la adopción de una serie de medidas de protección y ordenamiento; plasmadas, en primer lugar, en una política coherente de desarrollo del sector y luego en instrumentos legales que permitan cumplir dichos objetivos a cabalidad.

Es así que desde hace 30 años, a raíz de la promulgación de la actual Ley General de Pesca y del DS 017-92-PE, se creó una zona comprendida entre la milla 0 y la milla 5 para proteger la flora y fauna marina existente; un espacio donde habita más del 80% de la biodiversidad marina y donde solo se puede realizar, bajo una adecuada regulación, pesca artesanal

Sin embargo, lo que ha venido ocurriendo, de un tiempo a esta parte, es que en la zona de las 5 millas se permite la pesca de diferentes recursos sin una apropiada fiscalización ni una delimitación adecuada de los artes de pesca y de las embarcaciones que pueden participar en dicha zona reservada, afectando así la sostenibilidad de los recursos que habitan en ella.

Al respecto, cabe señalar que algunos -con intereses que aún desconocemos- han pretendido confundir recientemente a la opinión pública y a los congresistas haciendo creer que la afectación dentro de las 5 millas es producto de la actividad industrial, lo cual es completamente falso, toda vez que la pesca industrial, tanto de acero como de madera (flota de la ley 26920) no se realiza dentro de las 5 millas; no sólo porque está prohibido legalmente desde hace 30 años, sino además porque se tiene un compromiso real con la sostenibilidad de los recursos.

Eso sí, como lo hemos señalado reiteradas veces, por la geografía del zócalo continental en la zona sur y previo análisis del IMARPE, se podría establecer regímenes especiales de pesca a la flota industrial a fin de recuperar la actividad económica y los más de 6,500 puestos de trabajo perdidos en el sur a raíz de la eliminación del régimen especial. Por eso, a los tendenciosos y malintencionados les decimos de manera firme y clara que “para mentir y comer pescado hay que tener mucho cuidado”.

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