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Francisco Mamani se despierta a las 4.30 a.m. Lo primero que hace es recorrer su terreno de esquina a esquina. A paso lento, se fija que sus cultivos estén intactos. Que las quinuas y maíces sigan creciendo, que las herbáceas y arbustos hayan permanecido íntegros, las flores blancas y moradas de sus plantas de papa siguen tal cual, qué alivio. La temperatura no bajó demasiado y les quemó, no llovió mucho, ni granizó, el curso de su día cambiaría si ese era el caso.. Su mayor preocupación es que hubiese hombres que no respetaron a la madre tierra lo suficiente como para que ella responda a gusto, y los sembríos no prosperen, o que no se tomó en cuenta a los dioses de arriba o a los ancestros, y entonces la naturaleza responde con cambios drásticos. Yo he dormido en la habitación de al lado, que da la autopista que te lleva directo hasta Chahuay, en Acomayo, al sur de Cusco, a casi tres horas y media. Hay que dormir cerca para darse cuenta que a esa hora empiezan los días de Francisco y Trinidad, que se apura en hervir quinua para el ponche de la mañana. Si se siembra ocas y mashuas hoy hay que tener lista la chicha para tomar mientras se trabaja en ello, y ofrecer el primer vaso a la tierra, pidiendo permiso. Al subir a la montaña, Trinidad recolectará hierbas de uso medicinal para curarse ella o curar a su familia. Y subir solamente hasta cierto punto, para no interferir con las plantas que pertenecen al mundo de arriba. Flores de pili pili, ramas de ruda, hojas de manayupa, huamanpintas y munas, todas necesarias, para tener secas en casa a la mano, listas para infusión. Tienes que quedarte varios días, y observar cada paso que dan, y curiosear sobre los motivos. Más gente me acompaña y entonces cada quien hace distintas preguntas, todas suman, para poder acercarnos más.

Trinidad toma un puñado de hojas y las acomoda al fondo de una taza de bordes gruesos de arcilla roja, para echarle el agua hirviendo y hacer una infusión que se apura a alcanzarme…para el mal de altura, me dice. Hay que equilibrar, porque el dolor de cabeza que sentimos los de fuera al subir la montaña hasta 4000 msnm es producto de un mal manejo de fríos, así que corresponde balancear. Lo caliente te cura del frío, así de simple. Imposible discutirle.

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