Quienes creen que Gianluca Lapadula es el primer italiano que hará patria en Perú, se equivocan. Muchos personajes dejaron el país de los Apeninos para recalar en la tierra de los Andes (como Marco, el niño del famoso anime que buscaba a su madre y vino hasta Argentina) y metieron tremendos golazos en sus respectivos rubros, entre ellos el canto y la gastronomía.
Para empezar, el papá de Francisco Bolognesi, el héroe de la Batalla de Arica, fue Andrés Bolognesi, natural de Génova, en pareja con Juana Cervantes, oriunda de Arequipa. Y el coronel Bolognesi sí que era letal con el enemigo, valor fedateado con esta legendaria frase: “Tengo deberes sagrados que cumplir, y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”.
Los que peinan canas han escuchado las cualidades canoras de Piero Solari, con seguridad. Llegó a Lima en 1947 y no se fue más hasta que falleció en 2001. Rápidamente se hizo de un nombre artístico. Su hija, la actriz Gloria María Solari, le sigue los pasos con marcado éxito. Claudio Fabri, con su espectacular voz, también ancló por estos lares y Lucho Aguilar lo hacía cantar hasta nueva ola en el Maracaná.
¿Y de dónde proviene el rico panetón? Cuenta una historia que el duque de Milán, Ludovico El Moro, pidió que se sirva el postre. La cocina entró en pánico porque el dulce se había quemado. Quien salvó la situación fue el lavaplatos Toni porque había guardado una masa salpicada de pasas y frutas para la Nochebuena de su familia. Satisfecho, el duque decidió bautizar al bizcocho como “Pan de Toni”, nombre que luego derivó en “Panettone”. Los Queirolo y Rovegno también merecen una copa de vino a su salud.
De manera que Lapadula, el “Tanque inca”, ya sabe qué hacer, empezando con Chile.