Extraño que el viernes último el presidente electo Pedro Castillo haya reiterado que su gobierno no será “comunista ni chavista”, cuando en ningún momento ha deslindado del ideario de Perú Libre -un partido adherido al Foro de Sao Paulo, conocido fortín de la izquierda retrógrada y el terrorismo latinoamericano-, donde se define como “marxista leninista” y propone políticas similares a las que aplican tiranías como las que imperan en Corea del Norte, Cuba o Venezuela.

Si el presidente electo quiere parecer creíble ante los peruanos que viven en medio de la incertidumbre, lo primero que debería hacer es deslindar del dueño de Perú Libre, Vladimir Cerrón, quien en los últimos días ha tenido gran protagonismo en el entorno de quienes estarán al frente del país dentro de 48 horas, al extremo de proponer a Edgar Nájar como premier de la nueva administración y estar presente en la proclamación del flamante jefe de Estado.

Castillo afirma que no se aplicarán “modelos de otros países”. Si es así, entonces sería bueno preguntarle qué opina de la jura de los legisladores de su bancada, que se han esmerado en dar vivas al socialismo. ¿Vio el profesor el juramento de Guillermo Bermejo, acusado de terrorismo por el Ministerio Público? ¿Sabe que a la gran mayoría de sus congresistas les cuesta condenar la pesadilla que vive Cuba tras 62 años de régimen comunista?

El profesor también debería dar una mirada al discurso incendiario que dio Cerrón el sábado último en un evento del flamante “partido de gobierno”, en que ha hecho una proclama que parecía redactada por Fidel Castro o Hugo Chávez. ¿Así nos quiere venir a decir el profesor que no se aplicará ningún modelo extranjero? Eso no se lo creen Verónika Mendoza ni sus amigos que se han subido al carro del lápiz luego que les fue muy mal en la primera vuelta.

El presidente Castillo no podrá dirigir el rumbo del Perú si él mismo no define el suyo, si continúa dando discursos que colisionan con la realidad y con las posturas de quienes parecen cortar el jamón tras las últimas elecciones y se sienten empoderados ante un político novato. Definiciones serías es lo que reclama un país en crisis sanitaria, económica y social. Urge un estadista que esté a la altura del reto, el cual hasta el momento no aparece.